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La hipnosis es una herramienta terapéutica enormemente eficaz, sin embargo, es poco utilizada y es fundamentalmente debido a que muchas personas desconocen por completo su verdadera naturaleza y al mismo tiempo mantienen conceptos estrambóticos acerca de lo que es.

Con esto, nos referimos a una multitud de ideas muy extendidas pero rematadamente erróneas y que se repitieron durante muchos años para generar expectación en un potencial público, atraerlos como clientela y mantener el negocio de la farándula. Es decir, a todas es creencias trasmitidas en sensacionalistas representaciones teatrales, que todos hemos visto en alguna película o en directo. Así, hay que tener claro que existen muchos mitos sobre esta técnica, que provienen de la “hipnosis de espectáculo” y que aún siendo creencias bastante extendidas, no tienen nada que ver con la realidad.

En realidad, la verdadera hipnosis es un fenómeno natural, que se puede inducir mediante técnicas sencillas y cuya práctica no comporta ningún peligro y aún mucho menos, una pérdida de control. Todas las ideas acerca de que un trance hipnótico es un tour de magia que nos deja letárgicos, mucho más que dormidos y con una total pérdida del control de nuestros deseos, o que en definitiva, nos hace perder el sentido, son definitivamente falsas. No hay ningún misterio, ni nada extraño o sobrenatural en la hipnosis, como tampoco existe el más mínimo peligro de quedar inconscientes, esclavizados o a la merced de hacer sin darnos cuenta, algo que no nos convenga. Esa es, sin embargo la leyenda y en su época solía despertar tanta fascinación como resistencia.
Vistas esas creencias que a muchos nos hicieron imaginar historias increíbles, veamos ahora lo que en verdad es la hipnosis y cuáles son sus aplicaciones terapéuticas.

En realidad, la inducción de estados hipnóticos encierra un conocimiento milenario y ha sido practicada de forma ingenua y espontánea en todas las antiguas culturas de Europa, Asia, África, América y Oceanía. Así por ej., en África, los típicos rituales salutíferos hechos con música de tambor, son una práctica hipnótica, aún si no se mencionan como tal. Se trata de un ritual, en este caso rítmico, que permite acceder a un estado de conciencia modificado con el que se buscar recobrar rápidamente una sensación de bienestar y de armonía para por ej., eliminar miedos anclados, o modificar un estado de malestar, o disponer de fuerza para afrontar algún reto, etc.
Además, existen muy diversas teorías que explican la mecánica de este fenómeno, por ej., una según la cual, el trance facilita la conexión entre el consciente y el inconsciente del cerebro u otra según la cual; permitiría poner el hemisferio izquierdo, en reposo, de forma que las habituales y predominantes facultades críticas de análisis, de control, lógica, etc., descansarían y permitirían que la parte derecha se ocupe de otros cometidos más olvidados, como la creatividad, la imaginación, la relajación, etc., siendo estas funciones muy necesarias pero estando a menudo “dormidas”. Según otra explicación, si por ej. precisamos de recursos psicológicos para cambiar una dinámica de pensamiento de excesivo control, el estado de trance nos permitirá acceder a un sinfín de recursos y recobrar nuestro bienestar, gracias a la secreción de algunas sustancias como la dopamina.
En cualquier caso, el trance hipnótico se refiere a un simple estado de relajación o concentración en un foco deseado. Puede describirse como un estado de ensoñación y es parecido al que tendríamos al escuchar una música relajante o al leer una novela que nos apasiona, pero la diferencia con la relajación, es que en este caso se realiza para trabajar en algún objetivo concreto que nos hayamos puesto. Por ej., dejar de fumar, acabar con un estado de ansiedad, o poner en marcha el propio potencial creativo. Por tanto, vemos que se trata de algo banal, de hecho, las contraindicaciones, se limitan a algunos casos de problemas graves, como pueden ser, una psicosis, una disminución psíquica, o una depresión grave. En el resto de los casos, si nos gusta la idea de relajarnos y entrar en trance hipnótico, todos podemos disfrutar de sus beneficios.

 

Por otra parte, resulta llamativo que la mayoría de los animales domésticos, se dejan hipnotizar con enorme facilidad. Es lo que ocurre cuando acariciamos a un gato y se queda despierto pero ronroneando y en estado de letargo, y lo mismo pasa, por ej., con aves, con conejos, con caballos y hasta con algunos animales de sangre fría.
En Europa, la hipnosis terapéutica se utilizó tanto en la 1ª como en la 2ª GM, para ayudar a los soldados aquejados con trastornos de estrés postraumático (TEP), e igualmente a falta de cloroformo u otros sedantes, se solía utilizar con éxito para inducir estados anestésicos.
Durante los años 50, el Dr. Milton Erickson, lo aplicaría en el campo de la psicología y la psiquiatría, de forma generativa es decir, en función de las necesidades de cada persona, teniendo su trabajo un enorme éxito y un gran impacto en una buena parte de los desarrollos posteriores.
Hoy día, la hipnosis se usa habitualmente en Coaching para incrementar el control sobre el desempeño, para mantenerlo en situaciones de estrés y para acceder a recursos psicológicos y desarrollar cambios con vistas a lograr nuestros objetivos. En Psicología, es eficaz para disminuir la ansiedad y los estados depresivos, para mejorar la gestión de las emociones, para controlar estados fóbicos, en los problemas de dependencia ya sean de drogas, tabaco, café, alcohol o a los juegos, así como en los trastornos alimentarios y en general es una herramienta excelente para acelerar la eficacia de los procesos de psicoterapia.
Como siempre, las técnicas de hipnosis requieren para funcionar, que tengamos una relación de confianza con nuestro.a terapeuta y una buena disposición hacia el logro de nuestros objetivos.

*Acerca del lenguaje inclusivo

Aunque algunas veces considero que se pueden poner ejemplos en femenino y masculino y los pongo; por razones de sentido común, tengo que dejar muchas frases en masculino. Señalar que tales enunciados, incluyen por supuesto a mujeres y/o niñas. El motivo es que, más allá de consideraciones teóricas, usar el lenguaje inclusivo implica en la práctica un ejercicio de acrobacias gramaticales interminable y da, por resultado, textos farragosos y difíciles de leer.

Espero así que disfrutéis de los contenidos sin atascaros en estas cuestiones, pues antes estaba claro que el masculino nos incluía a todos/as, y ahora…. Ya no. surprised

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